Depresión Infantil. Un Enorme Reto siempre minimizado

Con motivo del Día Internacional de la Lucha contra la Depresión (13 de enero), considero que hacer conciencia sobre la depresión infantil es muy importante. En este blog se explicará cómo ayudar a un niño con depresión.

La depresión infantil es un problema común en todo el mundo. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión tiene un impacto negativo en el rendimiento académico y las relaciones sociales del niño que lo padece. Se estima que alrededor de 3% de la población Infantil lo padece. En México es difícil saber la prevalencia real del problema por falta de estudios sistemáticos al respecto pero se estima que alrededor del 5% de los niños /niñas y adolescentes lo padecen, aunque podría haber una sub estimación importante.

La depresión en adolescentes es aún más profundo. En un estudio con 45mil adolescentes se observó que 13% tienen o han tenido depresión en algún momento de su vida siendo mas frecuente en niñas (18%) que en niños (12%). El problema se hace más frecuente conforme el niño se acerca a la adolescencia llegando a una prevalencia de 20 a 25%. Y lo que es más delicado es que hasta 75% de los niños y adolescentes con depresión no reciben tratamiento ni atención alguna.

La depresión infantil es un trastorno del estado de ánimo caracterizado por una tristeza persistente, pérdida de interés en las actividades diarias y cambios en el patrón de sueño y alimentación. Sin tratamiento, los niños y adolescentes que sufren este padecimiento tienen dificultades en la escuela, en sus relaciones interpersonales y en su desarrollo en general.

Lo más importante para el diagnóstico de depresión es sospecharla y son los padres, los maestros y otras personas que conviven frecuentemente con ellos quienes se pueden dar cuenta. Sin embargo, es común que pase desapercibido por varias razones: La primera es que los niños y adolescentes deprimidos no suelen hablar de sus sentimientos de tristeza o desesperanza, a veces porque incluso ellos mismos no lo consideran anormal. La segunda razón es que a veces los adultos que los rodean consideran que la depresión es más bien un padecimiento de los adultos o tienden a ignorarlo por temor a sentir que eso significa un fracaso como padres o maestros. Los consejos para padres sobre depresión infantil deben empezar por ayudarles a identificarlo en etapas tempranas y estar alerta para sospecharlo.

Algunos de los síntomas de depresión en niños /niñas y adolescentes que pueden identificarse son:

  • Cambios en el apetito, ya sea ingesta significativamente reducida o aumentada.

  • Cambios en el patrón de sueño, ya sea dormir demasiado o sufrir insomnio con frecuencia.

  • Dificultad para concentrarse.

  • Sentimientos de tristeza y desesperanza frecuentes y persistentes.

  • Sentimientos de culpa o inutilidad desproporcionados.

  • Pérdida de energía o agotamiento rápido con todo tipo de actividades.

  • Problemas para relacionarse con otros niños o adultos.

  • Pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba.

  • Dificultad para expresar sus emociones.

  • Cambios en el comportamiento especialmente aislamiento o agresividad inusual.

  • Pensamientos de muerte o suicidio.

Cuando se sospecha que un niño / niña o adolescente tiene depresión, debe ser extensamente evaluado por un psiquiatra infantil o psicólogo clínico infantil para poder determinar el tipo de tratamientos para la depresión infantil que amerita. Es muy importante que tanto en el proceso de evaluación como tratamiento sea participes los padres y de ser posible los maestros más cercanos.

El problema de depresión infantil es extenso minimizado tanto por los gobiernos como por las familias. En general casi todos los países dedican una fracción baja e insuficiente del presupuesto a la salud mental y este presupuesto es aún menor para la población infantil. En algunas culturas, incluyendo gran parte de las latinoamericanas, la depresión es vista como una debilidad por lo que padres y maestros tienden a atribuir los cambios mencionados a rebeldía o mala actitud por parte del niño o niña.

Los cambios que sufren los adolescentes tienen que ver con una reafirmación de su identidad y con dudas existenciales que son totalmente normales en esta etapa. Para quienes les rodean, a veces puede ser difícil de distinguir de un problema depresivo o de ansiedad. Algunos aspectos que pueden contribuir para diferenciarlo son:

  • La duración e intensidad: los cambios normales suelen ser transitorios mientras que en la depresión son duraderos y cada vez más intensos.

  • Funcionalidad: los cambios normales no suelen interferir de manera significativa con la funcionalidad cotidiana, es decir con el desempeño académico y social. Cuando hay depresión las actividades cotidianas se vuelven muy difíciles o imposibles.

  • Cambios en el comportamiento: el cambio típico del adolescente implica desafiar a la autoridad, la búsqueda de independencia, la experimentación en distintos aspectos de la vida. Mientras que en la depresión suele observarse retirada social, aislamiento y / o agresión progresiva.

  • Cambios en el estado de ánimo: los adolescentes pueden volverse volubles con múltiples cambios anímicos en poco tiempo que incluyen euforia, tristeza, enojo, entusiasmo pero en el paciente deprimido predomina de manera prolongada la desesperanza, el vacío y la tristeza.

  • Cambios en el rendimiento académico: si bien el rendimiento académico puede verse afectado en los adolescentes por aumento de la exigencia de la escuela o por aumento de actividades sociales propias de la edad, en la depresión no hay una explicación directa

Los niños / niñas o adolescentes que sufren depresión y no son valorados y tratados tienen riesgos importantes en su salud y bienestar de mediano y de largo plazo. Algunos aspectos importantes son:

  • Afectación en las relaciones interpersonales lo que aumenta el aislamiento y alimenta aun más la depresión.

  • Rendimiento académico que empeora progresivamente hasta caer en riesgo de abandonar la escuela o ser expulsado de la misma.

  • La salud física puede verse comprometida al tener cambios de apetito que lo lleven a obesidad o anorexia y la falta de sueño que empeore aun más la depresión y llevar a otros problemas de salud mental.

  • La salud mental se puede deteriorar profundizando la depresión al grado de tener ideación suicida y en el peor de los casos llevarlo a cabo. Además pueden agregarse otros problemas como trastornos de ansiedad, episodios de pánico y trastornos alimentarios.

  • Conductas riesgosas al intentar por si mismo salir de la depresión es fácil caer en manos de depredadores sexuales, abusar de sustancias que derivan en alcoholismo y drogadicción temprana y realizar actividades de alto riesgo que les cause lesiones graves o permanentes.

En conclusión, la depresión infantil es un problema grave en todo el mundo y más frecuente de lo que se estima y de lo que todo mundo cree. Es importante que todos los papás tengan en mente la existencia del problema para detectarlo a tiempo. Así mismo maestros y médicos debemos sospecharlo a tiempo para recomendar la valoración y el manejo del problema,



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