Los Derechos de los Niños

Hoy en día tenemos un día especial para mucha causas y conceptos. Desde el día internacional de la Mujer o el día de la Tierra, hasta el día mundial sin ascensores. Todas estas fechas conmemorativas tienen la finalidad de concientizar el concepto en cuestión o hacer visible algún problema que requiere acción social.

El día del Niño o Niña es diferente. Es una fecha en que festejamos su existencia y a veces los agasajamos con regalos o fiestas.  Para fines de este texto hablaremos del niño de forma genérica refiriendo por igual al niño y la niña.

Los Niños son especiales y vulnerables

Para las naciones y la humanidad, los niños representan no solo la esperanza en el futuro, sin el símbolo más obvio de progreso. Los epidemiólogos y expertos en salud pública saben que cuando mejoran los indicadores infantiles el significado es más amplio. Una menor tasa de mortalidad infantil refleja (además de lo obvio que es menos muertes de niños) una mejoría en la calidad de vida de los adultos que los cuidan. Una menor deserción escolar refleja un sistema educativo mejor organizado.

De todas las especies de mamíferos, los niños humanos dependen del cuidado de uno o más adultos por más tiempo para llegar a ser autosuficientes. En casi todas las especies, esta independencia se da muy poco después del destete. En los humanos en cambio, después del destete pasan muchos años, y conforme la división de trabajo se hace más compleja en una sociedad, esa independencia se prolonga aún más.

La infancia es la parte más vulnerable de la vida de un individuo. Está demostrado por registros históricos y fósiles que antes de los enormes avances médicos y sanitarios desde el siglo XIX, la esperanza de vida era corta principalmente por la elevada mortalidad infantil. Los adultos humanos pueden fácilmente rebasar los 60 años siempre y cuando logren superar la infancia. Esto es cierto en nuestra sociedad pero también en otros periodos, incluidos los cazadores recolectores. Es durante la infancia que las enfermedades infecciosas tienden a ser más letales y los daños orgánicos de una enfermedad pueden dejar secuelas para el resto de la vida de esa persona.

Cuando un país sufre una crisis económica, una guerra, desastre natural o cualquier fenómeno que afecte a toda la sociedad, los niños pagan el precio más alto. Mueren en mayor proporción que los adultos, su desarrollo humano queda interrumpido al tener que abandonar la escuela y al no tener quien cuide de ellos. Son víctimas de abusos físico, laboral y sexual.

Cómo nació el Día del Niño

A pesar de que la vulnerabilidad de los niños siempre ha sido reconocida, fue hasta el siglo XX que se empezó a plantear la necesidad de una protección desde el Estado. Con la primera Guerra Mundial la cantidad de niños que quedaron huérfanos y vulnerables fue tan grande que algunos países hicieron programas de protección como urgencia. Y en base a esto se planteó en la joven Liga de Naciones que los niños tuvieran derechos que fueran protegidos por cada Estado miembro. Así surge en 1924 la primera Declaración de Ginebra sobre los Derechos de los Niños. Con ello se estableció que el 1 de junio sería el Día del Niño. El entonces Presidente de México, Álvaro Obregón, ratificó la Declaración pero estableció el Día del Niño en México para el 30 de abril.

En 1939 estalla la Segunda Guerra Mundial. Se generó una nueva crisis humanitaria en la infancia de todos los países involucrados en el conflicto. Al término de la guerra se crea un fondo de emergencia para niños y, en diciembre de 1946 la recién creada Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprueba la resolución que hace ese fondo permanente conocido como Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

En 1959 la Organización de las Naciones Unidas eligió el 20 de noviembre para la celebración del Día Universal del Niño, fecha en la cual se aprobó la Declaración de los Derechos de los Niños  que define que cada Estado miembro debe observar que los niños reciban protección, educación, cuidado de la salud, refugio y buena nutrición.

En 1989 se adopta y firma por más de 180 países la Convención sobre los Derechos de los Niños que amplía muy significativamente la Declaración de 1959. El espíritu principal de esta Convención es que todas las acciones del Estado deben ir en función del Interés Superior del Niño. A diferencia de la anterior, esta convención establece que los padres de los niños tienen responsabilidades y derechos sobre sus hijos pero es el Estado quien debe garantizar los derechos de los niños incluso contra el interés de los padres si estos violan los derechos del niño.

Los Derechos de los Niños

El niño, de acuerdo a la convención es la persona menor de 18 años (puede ser menos según algunas leyes nacionales). Sus principales derechos son:

-       Vivir y tener un desarrollo pleno.

-       Acceso a servicios que garanticen su salud.

-       En el caso de niños impedidos, recibir cuidados, educación y adiestramiento.

-       Tener identidad con nombre, familiares y nacionalidad.

-       Tener y practicar su lengua materna y ejercer la religión de su preferencia.

-       No participar en conflictos armados.

-       No ser vendidos ni ser objeto de trata.

-       No sufrir  discriminación.

-       Jugar libremente y participar activamente en la cultura en que se desarrollen.

-       Recibir educación de calidad, gratuita y con acceso libre a la información.

-       Tener familia y reunificarse con sus padres o cuidadores.

-       Libertad de expresión, pensamiento, religión y asociación.

-       Tener vida privada y no ser objeto de injerencias o ataques a su honor.

-       Empleo regulado de manera que no deba trabajar antes de cierta edad.

-       No ser torturado ante detenciones legales.

-       No ser objeto de abuso y explotación sexual.

Situación de la Infancia en México

La mortalidad infantil (muertes en niños menores de 1 año por cada 1000 recién nacidos vivos) ha disminuido consistentemente en México desde hace más de 70 años. En 1951 la tasa de mortalidad infantil (TMI) era de 170.8 muertes (en menores de 1 año) por cada 1000 nacidos vivos (NV). En el 2021 la TMI alcanzo 10, con una reducción de 93%. Esta tendencia se dio en todo el mundo y actualmente las economías más desarrolladas tienen TMI tan baja como 2 muertes por cada 1000 NV.

El Estado Mexicano tiene aún mucho por hacer para cumplir la conveción de derechos de los niños. Solo como muestra, de acuerdo al último reporte de UNICEF sobre la situación de la infancia en México, actualmente hay 39 millones de niños que se distribuyen en 3 tercios aproximados: 32 % es menor de 5 años, 34% es tiene 6 a 11 años y 34% es de 12 años o más. Más de la mitad de los niños y adolescentes viven en situación de pobreza y 10% está en pobreza extrema. Uno de cada 10 menores de 5 años tiene desnutrición crónica y uno de cada 3 niños de 6 a 11 años tiene sobrepeso. De los niños de 6 a 11 años,  2% no asiste a la escuela de manera regular (56% son niños y 44% son niñas), pero 8 de cada 10 niños en 6º de primaria no alcanza los logros esperados en lenguaje y comunicación esperado. Además, esta la enorme carencia en salud, el problema explotación laboral y la trata para pornografía, la venta de niños en muchas comunidades como parte de los usos y costumbre y el uso de niños por grupos armados.

La primera línea de protección de los niños son los padres, pero las condiciones de estos últimos impactan la posibilidad de esa protección. Hay muchas situaciones que pueden poner a los padres dificultades para garantizar los derechos de los niños, entre ellas ser madre soltera, tener violencia familiar, una situación económica difícil, creencias religiosas o de grupo que atenten contra sus derechos y muchas otras. El Estado debe funcionar como un amortiguador a todas estas situaciones para lograr que el niño se desarrolle plenamente. Esto se logra a través de instituciones que ayuden a las familias a lograr los objetivos, pero como lo dice la Convención: todas las acciones del Estado deben ir en función del Interés Superior de los Niños.

Los Pediatras y los Derechos de los Niños

Los pediatras estamos llamados a contribuir con el bienestar de los niños y garantizar sus derechos. La atención médica es la más evidente de ellas pero también podemos ayudar a los padres a buscar una crianza saludable y positiva.  Promover los derechos de los niños entre los padres, comunidades y entre los propios niños puede contribuir a que los niños tengan un futuro mejor.

Para saber más…

La situación de los derechos de la niñez y la adolescencia en México | UNICEF

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